Otra sesión de dolor

Qué largo se hace el día cuando el dolor invade tu cuerpo, qué lentas pasan las horas entre presión y pinchazos, qué harta estoy de todo..
Vuelve la niebla dolorosa a mi cabeza, un casco de dolor la recubre por completo. Presiona con tanta fuerza que la mayor parte del tiempo no puedo ni pensar, no hablemos de hacer algo. Me tumbo impotente en la cama a esperar que el dolor se aburra y se vaya, porque hace mucho que los calmantes dejaron de hacer efecto. Siento dos piedras en los ojos, llenas de puntas afiladas que se clavan en cada músculo y el propio globo ocular. Hace mucho que no sé lo que es una mandíbula relajada, pero hace todavía más que no siento mi cuello y mis hombros relajados, sin estos impedimentos que dejaron de ser músculo hace tiempo para convertirse en rocas. Cada tendón del cuello es como una cuerda de guitarra, muy muy tensa, que se aferra con sus garras desde la base de la cabeza hasta el final de los omóplatos. Tiran sin cesar, tensando bien la zona, llenándola de nuditos que se clavan más allá de mis nervios, casi en mi alma ya.
A estas alturas, después de tantos años, y sigo llena de rabia e impotencia.. llega a ser tan doloroso que no me permite dormir, y si por casualidad caigo rendida de sueño, el propio dolor se encarga de despertarme. Cada vez que me duermo la misma duda.. seguirá ahí? Y la respuesta suele ser afirmativa. Y desesperado mi corazón se va arrugando como una uva, que deja de ser lo que era para convertirse en pasa. Creo que eso es lo que realmente me da miedo, que mi corazón llegue a arrugarse tanto.. que mi alma llegue a romperse tanto.. que no tenga fuerzas ni ganas para seguir. Porque cada día cuesta un poquito más levantarse de la cama, los problemas se acumulan, y el dolor llega para paralizarlo todo, obstruyendo todavía más los problemas, y dejándome postrada en la cama como un ser inerte. 
Hoy además se suma un dolor de muela del juicio.. por si la fiesta del dolor no fuese suficiente.
Pero lo peor de todo, a veces, es saber que nadie te comprende. Por un lado es un alivio, porque esto que padezco no se lo deseo ni a la persona que más odio; pero por otro lado te sientes muy sola.. y la importancia crece. Cómo le explicas a alguien que te duele tanto la cabeza que no puedes ni escuchar lo que te dicen? Cómo le explicas que no me deja ni pensar, que siento cristales en los ojos, y que el dolor es tan intenso que no se me va con absolutamente nada? Y créeme que he probado muchas cosas.. los médicos se dedican a enviarte calmantes cada vez más fuertes a ver si alguno hace algo. Pero sorpresa: ninguno me hace nada. La gente no lo entiende porque le duele la cabeza y puede hacer vida normal, porque se toma una pastilla y se le va, o se echa una siesta y se despierta como nueva. Sabes lo que es tener un dolor de cabeza constante más de una semana? Día y noche, sin cesar. Conforme pasan los días, la paciencia se va agotando, y da paso a la desesperación. Si alguien oyese las cosas que salen de mi boca después de días de intensos dolores... Pruebo una pastilla, no funciona. Después de varias tomas respectivas y respetando los tiempos marcados pruebo con otra, pero tampoco funciona. Siguen pasando los días mientras pruebo entre las miles de pastillas que me han dicho que me aliviarían el dolor, intercalando con remedios naturales de todo tipo. Cuando el dolor te estrangula, realmente llegas a probar casi cualquier cosa, como ese remedio tonto de internet que finalmente tampoco funciona.
Y pasan las horas, los días.. nada cesa esta corriente de ácido que recorre mi cuerpo dejándome como un trapo sucio en el suelo. Y escucho los miles de consejos que cada persona me dice que pruebe, y de nuevo ninguno funciona.. y llega un momento que se repiten, y te toca esperar callada intentando escuchar hasta que acaban de hablar para decir "lo probé y nada", con una afilada contestación de "uy pues a mí me va muy bien, me tomo esto y a la media hora no me duele nada". 
En ciertos momentos de mi vida me han llegado a decir que era una excusa para no ir a clase o a trabajar o a donde fuese. Ojalá, fíjate. Te puedo asegurar que cambiaba este dolor por estar trabajando sin dolor. Pero no, no me creían y tenía que sobrevivir haciendo lo que tocase, y digo sobrevivir porque llega un punto que puedo sentir que el dolor es tan fuerte que me desvanezco, puedo sentir como el dolor me satura la mente y no soy capaz de tener una conversación... A veces solo puedo cerrar los ojos y tumbarme en la cama. Eso no hace que pare el dolor, de hecho me suele dejar más a solas con mis pensamientos sobre la mierda de vida que me ha tocado, pero al menos mi cuerpo refleja cómo se siente por dentro: muerto, sin fuerzas, sin vida. Porque cuando siento estos dolores y me miro al espejo parezco normal, y me pregunto una y otra vez cómo puede ser posible, si la sensación interna es de que el dolor es tan intenso que me va a dejar inconsciente en cualquier momento. Quizás por eso a veces prefiero permanecer así, para que se me vea por fuera un cachito de lo que siento. Pero es una tortura, sin ninguna distracción y con este dolor el tiempo pasa muuuuy lento.. tanto que a veces parece que va hacia atrás. 
No sé qué hacer.. y la frase que me viene una y otra vez a la mente es la del gran Miguel Hernández: "no sé por qué, no sé por qué ni cómo, me perdono la vida cada día." 

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